Por Augusto Meyer
Superó una difícil instancia de salud y está terminando de procesar “el duelo” por no haber participado con Vecinos por Azul de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del pasado 11 de agosto. En lo que es la primera entrevista que da luego del imprevisto contratiempo que lo alejó momentáneamente del escenario político, Alejandro Irigoyen recibió a EL TIEMPO y analizó la coyuntura local y del país.
“Estoy bien. He superado este evento que fue la angina de pecho, que se produjo justo en el momento de presentación de la lista”, expresó Irigoyen, Ingeniero en Construcciones egresado de la Universidad Nacional de La Plata. “No pudimos generar una alternativa en virtud de que estábamos a dos días de la presentación y nos encontrábamos todos mentalmente preparados para que ese equipo que venía trabajando sea el que, liderándolo yo, fuera la propuesta electoral para las Primarias. Habíamos puesto expectativa en ese proyecto y, como todo que se termina abruptamente y sin que pase por una decisión propia sino por las cosas de la vida, cuesta asumirlo”, detalló.
Otra vez en la “arena”
Repuesto de la situación que lo tuvo ocupado con chequeos y diagnósticos médicos, Irigoyen confió que se reintegró a la “arena política” junto con sus correligionarios. “Es raro que un partido político se reúna en pleno proceso electoral sin presentar lista, pero sigue el entusiasmo. Dejaremos pasar esta etapa y comenzaremos a tener actividades que va a ir generando la agrupación en lo que resta de 2019 y el inicio de 2020. Se decidió crear una Escuela de Dirigentes Jóvenes porque hay un grupo muy bueno y estamos esperanzados en que dentro de dos años podamos presentar una lista” para las legislativas, indicó.
Respecto de la formación de los cuadros políticos sostuvo: “La gente que se quiere incorporar tiene esa falencia de que, si no ocupó nunca un cargo público, carece de una formación que nadie otorga. Hablar de Ley Orgánica, Presupuesto Municipal, Ordenanza Fiscal y lo que significa conocer la administración pública, cuesta. A los nuestros estamos dándole información de una biblioteca de libros relacionados con comunicación política que es otro aspecto importante porque, lo que no se conoce, parece que no se hace”.
La formación, subrayó, “es necesaria porque los dirigentes tienen que crecer y los que hoy no son dirigentes, se tienen que transformar a partir de toda la información de la cual se puedan nutrir”.
“El año que viene –adelantó- vamos a generar una serie de charlas debate de los que entendemos son temas centrales y cruzan al desarrollo local. Hemos puesto en debate si la alianza histórica Azul-Tandil-Olavarría nos ha dado resultados como para mantenerla o es necesario repensarla incluyendo a Tapalqué. Particularmente creo que la alianza con Tandil es poco lo que nos ha generado. Como región no hemos unificado una oferta de turismo, cultural. De hecho no hay relación entre la dirigencia de Tandil, Olavarría y Azul y esa es una cuestión a resolver”.
Resultados previsibles
Según el dirigente vecinalista, los resultados de las PASO estuvieron dentro de lo previsto y acordes con una encuesta que los incluía. “Era interesante analizar los cruces que había en la encuesta, que era difícil de creer pero que se terminaron dando. Hubo un corte de boleta importante y creo que va a estar pareja la cosa en Azul. Habrá que ver qué evalúa la gente en términos del resultado provincial y nacional y si esto puede tener una afectación local. Nosotros estamos, como cualquier partido que le gusta la política, monitoreando el día a día no sólo por la cuestión local sino porque esto ha hecho un terremoto en cualquier pyme o actividad que uno desarrolle como cuentapropista”, mencionó.
En término de proyecciones a nivel país, Irigoyen opinó que “estamos en el medio de la tormenta”. “Estoy preocupado por lo que se viene por estos cuatro meses donde no hay un poder claro, con un presidente debilitado y un candidato que puede serlo pero que tiene que revalidar los títulos en la general de octubre; hay un vacío de poder. El problema más grande no sé si es económico o más bien político. Si los tres principales candidatos (Macri, Fernández y Lavagna) se hubieran sentado a dialogar, tal vez hoy estaría más claro el panorama acordando cinco o seis puntos para dar tranquilidad y certidumbre. Es Argentina no es la primera vez que pasa y creo que nos va a costar bastante salir”, esbozó.
La política y los políticos
Irigoyen consideró que el desinterés de la ciudadanía en general, y de muchos jóvenes en especial, tiene su correlato por la actitud de los propios dirigentes. “Se perdió esta cuestión de mantener principios y valores a costa de quedar fuera de un gobierno durante diez o veinte años. La gente debe empezar a castigar a ese saltimbanquis al que criticamos en una peña familiar pero, al momento de votar, avalamos”, indicó.
“La situación del país me genera tristeza. Cinco años después de quedar destruido por dos bombas atómicas, Japón tenía trenes capaces de desarrollar una velocidad de 200 kilómetros por hora. Setenta años después no podemos viajar en tren ni a 100 quilómetros a Buenos Aires. Los trenes en el mundo funcionan como para que, en cuatro o cinco horas, estemos en Bariloche; acá hacemos una travesía de dos días, y no sé si no te quedás en el medio…¿qué pasó…? Nos robaron todo y ya no hablo de partidos políticos. La gente ha perdido la esperanza de que el sistema político le pueda mejorar la vida. Hay que mirar cómo se vive en Corea, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Méjico o Chile. No hay una confabulación mundial para que Argentina no se desarrolle. Hay que entender que, sin sacrificio, no lo vamos a lograr”, añadió.
En la misma línea de pensamiento el profesional hizo una bajada de línea al plano local que da cuenta de sus expectativas como dirigente político. “Vamos a seguir con el compromiso de encontrarle la vuelta a Azul. Quiero que mis hijos mueran acá de la misma manera que voy a morir yo y el resto de mi familia. Da lástima ver que nuestros hijos se están yendo y no pueden volver porque no tienen laburo. A los pibes que buscan laburo ¿qué les van a decir? ¿que esperen seis meses? Seis meses en la vida de un pibe que se recibió o no consigue trabajo es una eternidad. Esto pasa hoy y nadie se hace cargo. Se tiran algo de culpa y la gente cada día está un poco más pobre”, afirmó y aventuró: “Sería una buena medida sacar un charter por semana para que gente de todo el país viaje y conozca lo que pasa en otros lugares para que acá los políticos no mientan más”.
¿Cambio de paradigma?
“Soy un soñador, y no soy el único…”, decía Jhon Lennon. Y Alejandro Irigoyen cree que es posible modificar el destino del país, por complicado que parezca. “Cualquier país europeo tiene un espíritu de sacrificio superior al nuestro. Nosotros somos como hijos de familias ricas: podemos errarle veinte veces que están papá y mamá que nos ponen dinero y nos sacan del pozo. Hay una idea que este país es infundible y que no importa que gastemos más de lo que tenemos. Hace años que la mitad de la población no termina el secundario y no nos queremos dar cuenta ¿Cómo nos vamos a desarrollar sin una educación pública de calidad ni ese concepto de sacrificio? Si no entendemos que vamos a tener que hacer determinados sacrificios durante un tiempo, no salimos. Uno de los temas centrales que la política tiene que poner sobre la mesa, es qué nivel de sacrificio estamos dispuestos a hacer como sociedad. Me lo decían en la obra mis obreros, que se mueren de frío a las 7 de la mañana con las heladas: ‘acá están los planeros que viven gratis desde hace veinte años’, y eso un país no lo puede soportar mucho tiempo. No pueden seguir regalando jubilaciones sin aportes. Y regalar el boleto de subte o de colectivo puede ser por un tiempo, pero no es sostenible; tampoco regalar la luz o el gas”, consideró.
Tras subrayar que no se considera macrista y que –de hecho- se mantuvo al margen de la interna en Cambiemos, opinó que el Gobierno nacional “no supo explicar el concepto de sacrificio que estaba pidiendo”. “Entiendo al tipo que no llega a fin de mes, pero el ajuste hay que hacerlo. No vendrá Papá Noel a regalar la luz y el gas porque nos vamos a chocar contra la pared. Algo debemos aprender de los errores cometidos”, resaltó.
Reiteró el descrédito de los dirigentes políticos, lo que hace que la gente tenga “sobrados motivos para desconfiar”.
“Nos estamos disgregando. Los partidos políticos no son los sostenes del sistema democrático que deberían ser y nadie se hace responsable. Por dónde tocás, sale ‘pus’”, advirtió.
Para llegar al “valle”
Irigoyen lamentó que el argentino carezca de la “rebeldía” –entendida como una forma de reclamo democrático- que hay en otras naciones. “Si no entendemos que para llegar al valle que está del otro lado de la montaña tenemos que subir la cuesta, estamos fritos. Veamos cómo lo hacemos, pero esa montaña la tenemos que pasar. Siempre nos quedamos en la ladera y volvemos para atrás. Del otro lado está lo que Argentina se merece. En países como Australia viven con menos recursos que nosotros y acá escuchás a los políticos dándote soluciones como si hubieran llegado ayer al país. Son caraduras y se animan a decirnos eso porque no les decimos nada. En Alemania subieron tres por ciento el combustible y les pararon el país. Acá nos aumentan diez por ciento cada cuatro meses o menos, y no pasa nada. A los políticos los pusimos, votamos y mantenemos nosotros. Si no estamos conformes, no sigamos haciendo lo mismo cincuenta años más”, reclamó.
“Es imperioso mejorar el sistema educativo”
En psicología, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, se denomina resiliencia. En la visión de Alejandro Irigoyen esa cualidad tan importante, se está perdiendo en Argentina.
“El vecinalismo es el emergente de una destrucción de los partidos políticos tradicionales que deberían tener representación en las ciudades y no la tienen. No queremos alinearnos a partidos donde sus referentes hoy están con el diablo y mañana se van con otro dirigente al cual criticaron por años. La gente confía en una persona que ‘le va a salvar la vida’ y eso lo está pagando Macri. No hay mesías; ni Fernández lo es, si le toca gobernar”, definió.
Aclaró Irigoyen que, desde su “cómoda situación económica” también se “sacrifica”. “Hace mucho tiempo que sacamos de ahorros para mantener el sistema. ¿Y si paso un año más sin vender una casa cómo mantengo al personal? Tengo mucho miedo de que empiecen los despidos masivos. Estamos perdiendo la resiliencia. Uno tiene 56 años y si bien piensa laburar mucho más, tiene un recorrido. El tema es qué le decimos al pibe que termina de estudiar o tiene 30 años y busca trabajo. Sin buscar culpables, es imperioso mejorar el sistema educativo porque estamos dejando ‘cabezas’ brillantes en el camino”, concluyó
fuente: diarioeltiempo.com.ar